Hace exactamente una semana escribí un post, pero fui tan estúpida que en vez de escribirlo en Word y guardarlo, lo escribí en blogspot (que es una porquería) y se me borró todo. Así que ahora me toca volver a escribirlo.
Sé que hace unas tres semanas que nos hablaron del nuevo proyecto, un centro de peregrinación. Inmediatamente pensé en el libro Comer, Rezar, Amar, lo leí hace cosa de un año más o menos porque el título me llamó la atención suficiente.
Para mí, lo más interesante del libro es el prólogo, cuando explica la estructura del libro: <<está compuesto por 108 cuentos porque el japa mala (collares de cuentas que usan en la India) tradicional tiene 108 cuentas al ser el número perfecto, un dígito de tres cifras, múltiplo de tres, cuyos números suman nueve, que es tres veces tres. Y tres, es el número que representa el supremo equilibrio>>.
Quería poner toda esta cita porque me resulta muy interesante hacer incapie en los japa mala y en la segunda parte del libro. Rezar. Desde hace muchos años que no me considero muy religiosa, pero los momentos que me he sentido más tranquila, reflexiva y sincera conmigo misma han sido en los momentos de retiro espiritual del colegio.
Lo más parecido a estos retiros espirituales son los ashram de la India (sinceramente, la primera vez que leí de ello fue en este libro). Me parece el mejor ejemplo para nuestro centro de peregrinación.
Los ashran son centros a los que puede ir cualquier persona (siempre con la aceptación del ashram, porque puedes ir y que no te acojan, tiene que haber un motivo) y es un centro para la meditación, para la reflexión. No importa si eres católico, budista, islámico, protestante si quieres ir (por supuesto, tienes que aprender las enseñanzas del gurú), pero puedes ir igualmente.
Son centros en los que se vive en comunidad, te levantas temprano para rezar los mantras, pero por las tardes tienes que hacer tus tareas porque todos hacen de todo. No es un hotel, es como si fuese tu casa.
El otro día decidimos que tiene que ser un centro católico al ser la capilla central católica, pero a mi me gustaría que cada una de las capillas más pequeñas estuviese destinada a las religiones más representativas de Israel. Esto no es cerrarse al cristianismo, sino respetar las costumbres religiosas, tiene que ser un lugar para la comunicación, para entender las otras religiones. Quizás uno de los problemas entre religiones es la falta de conocimiento de las otras religiones, quizás este centro de peregrinación puede servir para muchas soluciones de la zona.
Por último, creo que es muy importante pensar en el centro de peregrinación como un lugar para la comunidad (no importa si vas de retiro espiritual durante una semana, como si vas un tiempo para descubrirte a ti mismo), si se consigue eso puede convertirse un lugar de referencia sólo por las vivencias que se vivan en ella.
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